Freddy Espinel D.
30 oct 2022
Es hora de evaluar los resultados desde los diferentes ámbitos involucrados en su organización y ejecución.
La realización de la copa libertadores en Guayaquil finalizó, es hora de evaluar los resultados desde los diferentes ámbitos involucrados en su organización y ejecución.
Desde lo turístico el evento ha sido sin duda un gran reto para la ciudad; se la preparó para recibir a miles de turistas y quizá se sobreestimó el número, en algunos medios hablaban de 30 mil turistas en otros de más de 50 mil, se estimaba la llegada de cientos de aviones y buses a las terminales y una inyección económica local de unos $50 millones de dólares. Es claro y notorio que no fue lo esperado. ¿Qué pasó?
Los diferentes actores involucrados deberían reunirse y analizar lo actuado. Sin duda la ciudad se preparó para recibir a los visitantes; se mejoró la imagen, las jornadas de limpieza y recolección de basura se redoblaron, se hicieron rutas de buses con recorridos específicos, se capacitó a taxistas, la seguridad fue reforzada en todos los puntos, las terminales aéreas y terrestre estuvieron listas, entre otros aspectos. Sin duda una gran lección de planificación para una ciudad poco acostumbrada a eventos de esta magnitud.
Se debe analizar porque no llegaron más turistas a esta final deportiva entre dos equipos brasileros; tal vez la fecha no fue la mejor al haber elecciones presidenciales en ese país al día siguiente del partido, el precio de las entradas al estadio, la mala imagen de Guayaquil como ciudad poco segura, falta de promoción, lo costoso que es venir a un país dolarizado, la exageración en las tarifas de alojamiento y de los pasajes aéreos.
Lo cierto es que los pocos o muchos que llegaron disfrutaron de nuestra hospitalidad, se demostró lo importante que es cuidar el centro turístico de la ciudad, de definir claramente sus límites, de mantener limpios y seguros estos espacios donde llegan los turistas.
Muchos sitios turísticos, bares y restaurantes ubicados en estas áreas tuvieron unos días de “oxígeno” económico; otros, se quedaron esperando a los turistas al estar más alejados del centro de la ciudad y al no haberse articulado con operadores turísticos locales programas que incluyan visitas a los atractivos, alimentación, transportación y guías.
Los más beneficiados fueron sin duda los hoteles con una alta ocupación, sin embargo, estos deben comprender que el turista no viene a esta ciudad solo a hospedarse, que ellos son solo una parte de la cadena de valor del turismo que influye en la imagen que se lleva el turista de la ciudad y que este caso, con tarifas exageradas, la imagen proyectada no ha sido la mejor. (algunos hoteles de cuatro estrellas se pedían más $700 por una noche).
En resumen, se debe hacer una evaluación de los resultados, afianzar los aspectos positivos para futuros eventos o para dejarlos como acciones rutinarias para el centro turístico de la ciudad; además, plantear las acciones correctivas necesarias para los aspectos negativos.